martes, 14 de septiembre de 2010

PATRIA YA PARA TODOS...

Hola que tal:
Heme aquí nuevamente compartiendo algo en torno a filosofía. Me es grato saber que nunca se agotan los temas para tener un acercamiento dialógico mediante estas breves líneas. Entonces, es así que decidí compartir algo con motivo de estas festividades, aclarando que es de una manera muy somera e inagotable. Sólo es para hacer trabajar nuestra conciencia.  
PATRIA.
Qué entiendo por patria es la primera cuestión que aparece en mi cabeza cuando pienso en este suelo mexicano. De un primer encuentro con esta palabra me lleva a pensar en una figura paternal y analizando esta figura me encuentro con un significado que me es muy familiar y sus implicaciones no menos. Y si continúo escarbando esta enigmática palabra me envuelvo en un sentimiento compartido, que sólo pueden compartir “patriotas”, o sea, hermanos (esto en analogía con la figura paternal ya mencionada anteriormente).
Si continúo con este sentido figurado de lo que para mí es “patria” – al menos en este escrito – me pienso comprometido al saberme patriota, porque me debo saber hermano de los que me rodean. Regresando a la figura paterna de la que he hecho mención – y seguiré haciendo – entonces surge una segunda cuestión, ¿qué puedo y debo entender por hermandad?, la cual me deja confundido al poder contemplar la falta de hermandad y filialidad para con la Patria (el padre). 
No quisiera que este breve compartir se tornara en una ambigüedad de comprensión en tanto a la terminología, mejor, desearía que se tornara punto de reflexión para cuestionar hasta dónde estamos comprometidos con los otros patriotas-hermanos y para con la patria-padre. En estos tiempos parece haber una queja continua de malestar social, que, según se presume, no encontramos más culpables que a un puñado de individuos que ostentan en poder a diferencia de nosotros mayoría y es un poder que al parecer no es benigno para nosotros la mayoría. Creo que es muy tarde para buscar culpables y si aún así, insistiéramos en buscarlos, hay que tener cuidado; no sea que nos encontremos dentro de los culpables. Mi propuesta es para buscar soluciones a esta situación tan penosa que como patria nos aqueja, me refiero a la pobreza, la violencia, educación ineficaz, democracia ensombrecida y muchas cosas más. “Compatriotas”, este es un buen tiempo para demostrar que realmente somos más que la promesa del ensueño de un político. Esto no quiere decir apatía a la participación activa dentro de nuestra sociedad, al contrario, es mostrar el interés por ver a nuestra patria sana, a nuestros compatriotas robustos y nuestra conciencia limpia. 
El filósofo Aristóteles nos compartió en su pensamiento esta frase: “cuidado de la sociedad que necesita de juristas, médicos y doctores del alma (psicólogos), porque esa es una sociedad enferma”. No es fatalizar estas buenas profesiones; sólo es cuestión  de hacer análoga la función de éstas y encontramos que realmente nuestra sociedad está enferma, ¿de qué? Pues no es cuestión  de mucha ciencia para diagnosticar que sufrimos desesperanza. Pero de lo que sí requeriremos mucho esfuerzo, es para recuperar las fuerzas perdidas en esta batalla que la mayor parte del tiempo es contra nosotros mismos. Regreso a la idea primaria y central: “el compromiso de patriotas-hermanos”. Hace falta voltear a ver el sufrimiento que le aqueja a nuestro próximo para comprender que no es nada ajeno al nuestro. Hace falta llenarnos de esa efervescencia que prolifera en estos días de festividad con motivos patrios, pero a favor de nuestro suelo, este suelo que nos brinda identidad, no a favor de lo que nos pueda resultar dañino.
Cierro mi comentario con una última idea, que es acerca de la identidad. Friedrich Nietzsche nos dice: “la fealdad no es más que el producto de las mescolanzas humanas”. No es para retomar el barroco sentido de que él era un racista. Es para analizar y llegar a la profundidad de que lo que nos urge es identidad. Lo digo desde esta siguiente y breve interpretación de la frase en juicio. Las mezclas: apunta a la falta de comprensión para con lo propio, aquello que te hace ser de tal o cual forma y no de otra. Y por tanto resulta la fealdad en tanto que choque de identidades mal comprendidas, pues bien, a lo que alude es a una terrible incomprensión de culturas, y si lo pasamos al campo de la sociología es a lo que se le llaman “culturas híbridas”, (sólo por mencionar de manera muy somera). 
Así pues, retomando la riqueza de la idea de este autor, quiero quedarme con la invitación a pensarme dentro de una gran totalidad (nosotros como especie humana), pero con vivencias muy particulares, tales como que soy mexicano; mexicano en una continua responsabilidad por el bienestar de mi próximo y de mi patria.  

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